TOMÁS SÁNCHEZ
El Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey presenta la exposición Tomás Sánchez,
dedicada a este reconocido pintor cubano.
Palmeras que parecen repetirse hasta el infinito; bosques que se cierran sobre un solitario
visitante; cascadas que revientan en espuma a lo lejos, son escenas típicas de un paisaje
hasta que Sánchez se apropia de ellas y les da nuevos significados.
El artista transforma sus ejercicios de meditación en paisajes concretos que no pertenecen
totalmente al mundo de la realidad, fusiona imágenes en su memoria con estados de su
alma para dar forma tangible a sus emociones y a sus deseos, resultando así paradisíacas
escenas que representan el espacio y tiempo perfectos para sentir paz, felicidad,
melancolía o cualquier otro estado de ánimo que el ser humano pueda experimentar.
De óleo, acrílico, pastel y vitral surgen las formas de enormes árboles, palmeras, lagos, ríos
y nubes, con los que se componen escenas idílicas que parecieran repetirse pero, a decir
de Gabriel García Márquez, emulan fielmente a la naturaleza: no hay una sola hoja igual, ni
un solo trazo gemelo.
Un elemento presente en casi todas las obras de Tomás Sánchez es el agua, ya sea en
forma de lago, río, mar e incluso lluvia. Sánchez ha dicho que, en términos filosóficos, sus
imágenes de agua se relacionan con representaciones de ciertos estados de conciencia a
los que se llega sólo a través de la meditación.
Pero en su trabajo también destacan inusuales paisajes formados por infinidad de
desperdicios y bolsas de basura que se extienden hacia el horizonte. Cada elemento, con
su colorido y textura, alude a la manera en que las sociedades modernas, en su afán por
saciar las ansias de consumo, desechan de su vida lo espiritual. Sin embargo, sus imágenes
no perturban a primera vista, sólo dejan plantada una semilla en la conciencia.
CURADURÍA Y MUSEOGRAFÍA:
Jorge Contreras
De Mayo a Septiembre 2008
1 comentario:
Alucinante exposicion. Nunca vi nada igual. Espero volver a verla nuevamente.
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