Bedia nació y creció en Cuba, de donde salió para radicar en México primero y después ir a los Estados Unidos de América, donde vive desde hace varios años en Miami. En su trabajo, sin embargo, la historia, la vitalidad y el misterio de la isla continúan presentes.
La obra de Bedia posee la simpleza de algunas de las pinturas rupestres que esconden un sinnúmero de arquetipos humanos relacionados con la vida cotidiana, la espiritualidad y la religión. Al observar sus obras reconocemos objetos y personajes, que aunque ajenos a nuestro entorno, advertimos extrañamente familiares. En sus instalaciones, Bedia construye espacios rituales que atraen al espectador y lo invitan a asomarse y echar un vistazo al mundo mágico de los espíritus.
José Bedia le inyecta fuerza a su obra a través del uso de las formas y materiales diversos.
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